El tres veces campeón mundial de duatlón y ganador de múltiples Ironmans, Olivier Bernhard, decidió crear la zapatilla perfecta tras retirarse.
Para ello se asoció con un ingeniero suizo y juntos idearon un nuevo concepto de calzado para correr. El perfecto tándem que formaban corredor e ingeniero les permitió llevar a cabo un diseño radical y sólo un mes después de tener los prototipos ganaron el premio ISPO BrandNew Award, haciendo de estas zapatillas unas de las más revolucionarias del mercado.